Cuando en Química se explica de una forma satisfactoria cualquier cosa sin necesidad del flogisto, es sólo por esta razón infinitamente probable, que dicho principio no exista; que se trate de un cuerpo hipotético, una suposición gratuita. En los principios de la buena lógica se encuentra, por supuesto, el no multiplicar cuerpos sin necesidad.
-- Antoine-Laurent Lavoisier

viernes, 31 de diciembre de 2010

Diez razones para desconfiar de la homeopatía

Tomado, traducido y adaptado de Why you can't trust homeopathy


1. No Funciona
Cuando se prueba bajo las condiciones más rigurosas, en las que ni el paciente ni el doctor saben si se está empleando o no hasta que finalizan las pruebas, la homeopatía no ha demostrado ser mejor que una pastilla de azúcar. Esto no significa que la gente no sienta beneficios positivos después de tomar un remedio homeopático sólo que esos efectos positivos no están relacionados con la homeopatía. El efecto placebo no está muy bien entendido pero es muy real y nos afecta a todos. Afortunadamente, la medicina probada también conlleva una buena dosis de placebo además de todos sus otros beneficios. La elección entre medicina real y homeopatía se reduce a una simple cuestión:  ¿Optarías por un placebo junto con un tratamiento que funciona o sólo por el placebo?

2. No podía funcionar en ningún caso
La teoría que respalda la homeopatía, cuando se pone bajo el más básico de los escrutinios, no se sostiene. Las bases del tratamiento no están de acuerdo a nada de lo que sabemos sobre medicina, matemáticas o química. Por contra, está claro que las tinturas homeopáticas no son más que agua y que las pastillas homeopáticas sólo contienen azúcar.

3. Supone tirar tu dinero
La industria de la homeopatía supone alrededor de 40 millones de libras en el Reino Unido y unos 400 millones de euros en Francia y Alemania. Si bien esto puede parecer muy poco si se compara con las cifras que maneja la industria farmacéutica, las medicinas reales deben probar su efectividad antes de poder ser comercializadas, algo que la industria homeopática no tiene que hacer y que, en cualquier caso, no sería capaz de hacer. Las cantidades indicadas son pequeñas pero suponen una cantidad enorme para gastarse en algo que no funciona. Las pastillas homeopáticas se venden por unas 4,95 libras (unos 5,70€) para una cantidad de menos de 20 gramos de azúcar (dos sobres de azúcar). Dado que esas pastillas no contienen ningún ingrediente activo y que se ha probado que no funcionan parece un precio exagerado para dos sobres de azúcar.


4. Supone tirar el dinero de todos
En el Reino Unido, el sistema nacional de salud (NHS) gasta unos 4 millones de libras al año en homeopatía y el  gobierno soporta cuatro hospitales homeopáticos del NHS. Más aún, más de 400 médicos de atención primaria en el Reino Unido remiten, de forma regular, a pacientes a clínicas homeopáticas. Dado que se ha probado, de forma concluyente, que la homeopatía no funciona mejor que el placebo, no debería haber lugar para ella en el sistema nacional de salud y no hay razón para soportarla con dinero que, en otro caso, se emplearía para soportar tratamientos eficaces.

5. Es una pérdida de tu tiempo
Al promocionar la homeopatía como una alternativa genuina a la medicina real, los pacientes pueden retrasar la búsqueda de asistencia médica experta mientras usan la homeopatía para tratar su condición. Esta es una causa real de preocupación: en el caso de enfermedades relativamente leves, el riesgo es mínimo pero, en el caso de trastornos más graves, cuanto antes se trate la enfermedad mayor es la posibilidad de recuperación. Hasta fechas muy recientes, el sitio web de la farmacia Boots llegó a decir a los pacientes que "después de tomar píldoras homeopáticas tus síntomas podían empeorar". Este tipo de consejo fomenta el que los pacientes aguanten un poco más antes de buscar atención médica real incluso cuando su condición empeora. El tiempo perdido derivado de la creencia en terapias falsas se hace incluso más significativo entre aquellos con condiciones terminales. Un paciente al que se le da una falsa esperanza a través de los cantos de sirena de terapias como la homeopatía puede distrarse de aprovechar al máximo el tiempo que le queda a la par de que se le proporciona una visión irreal de su condición lo que causa un mayor pesar cuando el tratamiento se muestra inútil y el tiempo dedicado al mismo se considera perdido.

6. Es una pérdida del tiempo de todos
Hasta la fecha se han realizado miles de estudios para validar la efectividad de la homeopatía y sus distintas "leyes", ninguno ha probado, de forma concluyente que sea efectiva y varios han probado, de forma concluyente, su inefectividad. Si un medicamento o tratamiento convencional hubiera tenido el registro de fracasos que ha tenido la homeopatía habría sido descartado hace largo tiempo. De hecho, muchos medicamentos y tratamientos convencionales han sido descartados en el tiempo que se ha dedicado a realizar mayor investigación sobre la homeopatía. Si no estuviéramos perdiendo el tiempo descubriendo, una vez más, que la homeopatía no funciona, podríamos estar empleando ese tiempo y recursos en encontrar nuevos medicamentos y tratamientos que realmente funcionan.

7. Existen mejores alternativas que esta alternativa
Un punto que, con frecuencia, se pasa por alto en la discusión sobre la homeopatía es que no es necesaria en absoluto.  La medicina real funciona. Las vacunas ayudan a contener enfermedades como las paperas, tosferina y polio. La pandemia de la gripe A se antuvo controlada mediante el empleo de técnicas modernas de gestión de enfermedades, entendiendo la necesidad de buenos hábitos higiénicos y el aislamiento y tratamiento efectivo de los casos individuales. Las medicinas retrovirales modernas ayudan a los pacientes de SIDA, a gestionar su condición de forma que esta enfermedad ya no es la sentencia de muerte, a corto plazo, que fue en el pasado. Las curas homeopáticas del SIDA conducen rápidamenta a la gente enferma y vulnerable a la muerte y, además, les hacen pagar por el privilegio. La medicina real funciona.

8. Los prospectos son engañosos
En un envase lleno de píldoras homeopáticas de azufre con una fuerza de 30C hay significativamente menos posibilidades de encontrar una sóla molécula de azufre de que te toque la lotería. Sin embargo, en la etiqueta del envase se puede leer "Azufre".

9. Contribuye a apartar a la gente de la medicina real

El proporcionar legitimidad a los tratamientos no probados (o, mejor aún, a los que se han probado como ineficaces) tiene un coste añadido. El coste de permitir la promoción de la homeopatía como "alternativa" a la medicina real surge cuando los pacientes no son capaces de distinguir entre una condición auto limitante que se cura por si misma en un plazo limitado y una enfermedad más seria que puede llegar a ser grave si se trata de forma incorrecta. No son muy difíciles de encontrar los relatos de gente que abandona tratamientos en favor de curas por métodos falsos con resultados desastrosos. Al permitir la promoción de una terapia que se ha mostrado inefectiva y enteramente no plausible favorecemos el que la gente substituya tratamientos que les podrían ayudar por charlatanería.


10. Ha abusado de sus privilegios como placebo
De vez en cuando, se entiende que un tratamiento placebo, fácil de administrar, pude suponer algún beneficio para los doctores en aquellos casos en los que una intervención médica no tenga una determinada efectividad probada. En estos escenarios, se podría argumentar que la homeopatía odría haber jugado un papel al proporcionar un plcebo inocuo y libre de efectos que ayudara a manejar aquello que, de otra forma, hubiera sido inmanejable. Sin embargo, debido al abuso de la legitimidad concedida a la homeopatía por la medicin real, este tratamientoha dejado de ser inocuo, desperdicia tiempo y dinero y evita que la gente obtenga genuina ayuda médica cuando má lo necesitan. Es el momento de dejar de dar soporte a la charlatanería inefectiva e ilógica que es la homeopatía y de dedicar tiempo a proporcionar a la gente los hechos que le permitan evaluar su uso antes de que escojan las teorias con 200 años de Hahnemann en lugar de las prácticas médicas actuales en proceso de mejora contínua.

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