Cuando en Química se explica de una forma satisfactoria cualquier cosa sin necesidad del flogisto, es sólo por esta razón infinitamente probable, que dicho principio no exista; que se trate de un cuerpo hipotético, una suposición gratuita. En los principios de la buena lógica se encuentra, por supuesto, el no multiplicar cuerpos sin necesidad.
-- Antoine-Laurent Lavoisier

viernes, 12 de agosto de 2011

¿Un nuevo caso de ciencia patológica?

A través de este post en  el blog La Mentira Está Ahí Fuera me he enterado que existe un dispositivo (E-Cat), inventado y diseñado por el ingeniero italiano Andrea Rossi en colaboración con el físico de la Universidad de Bolonia, Sergio Focardi que, aparentemente, es capaz de generar energía a partir de una reacción nuclear de baja energía (LENR, antiguamente conocida como fusión fría).

El final de mi etapa universitaria coincidió con el revuelo a consecuencia del experimento de Fleischmann y Pons, la posterior publicación en Nature de los resultados obtenidos y el interés del mundo científico de entonces en intentar reproducir los resultados experimentales. La realidad es que, a pesar de repetidos anuncios, no se consiguió reproducir, en ninguna parte la producción de neutrones del experimento original. La primera consecuencia fue la erosión del prestigio de Fleischmann que, no lo olvidemos, era uno de los electroquímicos más reconocidos del momento. La fusión fría fue, poco a poco perdiendo momento para acabar cayendo en el ámbito de la Ciencia Patológica.



La realidad es que la investigación en fusión nuclear tradicional había absorbido (y continua absorbiendo) una masa ingente de los presupuestos de investigación en producción energética. La promesa de una fuente de energía barata y limpia que permitiera reemplazar las actuales fuentes de energía no renovables no ha rendido, hasta el momento, resultados concretos. Los reactores de fusión experimentales no han sido capaces, todavía, de alcanzar el break-even, es decir, el punto en que producen más energía que la que consumen y, la fusión fría, supuso, a priori, una posibilidad más que aceptable.

La posibilidad de conseguir una reacción nuclear en una mesa de laboratorio, que no producía subproductos peligrosos y al alcance de prácticamente cualquiera, ha excitado las mentes de conspiranoicos que, dentro del marco de sus extraordinarias teorias, proponen que la fusión fría está condenada por los poderes ocultos que mueven el mundo y que tienen intereses en las fuentes de energía actuales y que monopolizan los presupuestos de investigación  en la fusión tradicional. Cuando la realidad es que los distintos experimentos no han podido, hasta ahora, ser reproducidos. Sin embargo, la ciencia si sigue investigando y, los avances son divulgados a través de distintos medios como, por ejemplo, la revista online New Energy Times.

Dentro de este contexto, el E-CAT de Rossi y Focardi, ha venido a excitar las mentes, ya por si deslocalizadas de la magufería y conspiranoia. Inicialmente, la ejecución del experimento en determinadas condiciones, aparentemente, controladas ha otorgado visos de verosimilitud a sus inventores pero, sin embargo, desde el punto de vista puramente científico, las sombras siguen persistiendo y se centran fundamentalmente en distintos aspectos:

  • Los autores no han sido capaces de identificar el principio que subyace a la generación de energía en su aparato.  Aparentemente, la producción de energía se basa en una reacción de fusión nuclear entre  Níquel e Hidrógeno que como resultado produce, además de energía, Cobre. Lo curioso es que se trata de una reacción desconocida hasta el momento. La mayor parte de las reacciones estudiadas como base para la fusión fría se basan en la fusión de  Deuterio que resulta en la producción de Helio.
  • Al hilo de lo anterior, las únicas publicaciones realizadas por los autores es en un medio creado ad-hoc: la revista on-line Journal of Nuclear Physics.
  • Los inventores han venido reduciendo el ratio de energía consumida a energía producida que ha pasado de unas 200 veces a unas pocas docenas.
  • Amparándose en la protección de la patente, los inventores no han permitido inspeccionar en detalle el dispositivo lo que, de nuevo, siembra dudas sobre su aplicabilidad.
  • La comercialización de los reactores basados en esta tecnología se ha venido retrasando. Los inventores habían concedido un derecho de explotación a la empresa griega Defkalion que, recientemente, ha sido revocado.
  • Los antecedentes penales de Rossi no invitan a confiar en él.
  • Rossi permitió analizar al profesor de la Universidad de Uppsala, Kjell Aleklett el Cobre producido por la reacción y, de acuerdo a lo que reporta Aleklett, la distribución de isotopos de cobre en los subproductos no es consistente con lo esperado.
Si llega a desmontarse que el E-Cat es un fraude, habrá que oir a las legiones de magufos protestar diciendo que la ciencia oficial, los illuminati o cualquier otro ente conspirador ha destruido una nueva posibilidad de proporcionar al mundo una fuente de energía inagotable y limpia que partiendo de productos razonablemente baratos es capaz de producir gran cantidad de energía y un subproducto (el Cobre) altamente demandado. Por otra parte, Rossi y Focardi serán unas nuevas víctimas impulsadas, desde los púlpitos magufos, al nivel de Galileo o Tesla.

A los magufos lo que les interesa es que el dispositivo de Rossi y Focardi sea un fraude. Si se demostrara que es una fuente de energía real, supondría abrir un nuevo campo de estudio en la ciencia. El descubrir nuevas reacciones de fusión, hasta ahora desconocidas, produciría una efervescencia científica muy importante y conseguiría fuentes de financiación para la investigación en fusión pero, a partir de ese momento, el proceso pasaría a ser objeto de estudio de la ciencia y, por lo tanto fuera del alcance del maguferio y su pseudociencia.

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