Cuando en Química se explica de una forma satisfactoria cualquier cosa sin necesidad del flogisto, es sólo por esta razón infinitamente probable, que dicho principio no exista; que se trate de un cuerpo hipotético, una suposición gratuita. En los principios de la buena lógica se encuentra, por supuesto, el no multiplicar cuerpos sin necesidad.
-- Antoine-Laurent Lavoisier

lunes, 21 de noviembre de 2011

El dogmatismo en la ciencia

Los resultados del reciente experimento OPERA y el supuesto descubrimiento de neutrinos hiperlumínicos (recogido en este post) me ha hecho reflexionar sobre las convicciones, las evidencias, la crítica y, como no, el impacto que ésto tiene sobre la Ciencia. 

Creo que todos somos conscientes que una de las diatribas que más se esgrimen en el campo pseudocientífico es el supuesto dogmatismo de la ciencia. Mi opinión personal es que, desde el lado de la pseudociencia, quieren llegar al (re)conocimiento sin aplicar el esfuerzo necesario para alcanzarlo, los conocimientos básicos que proporciona una formación científica son difíciles de conseguir: antes de abarcar el multiverso es necesario dominar las ecuaciones diferenciales y, eso cuesta, vaya si cuesta. 


La Ciencia conoce pocos atajos y es necesario ser alguien muy especial, para, sin pasar por un período de formación llegar a ser capaces de trabajar en ampliar el conocimiento humano (una excepción evidente es mi admirado Srinivasa Aiyangar Ramanujan). Los pseudocientíficos pretenden alcanzar reconocimiento de la comunidad científica empleando esos atajos y se encuentran con el rechazo prácticamente unánime y a esto es a lo que denominan dogmatismo.

La solidez del método aplicado en la ciencia hacen que los científicos deban estar abiertos a la crítica y ésta, en determinados ámbitos, es, a veces, tremendamente cruel. Quizás para remarcar la falta real de dogmatismo en la ciencia voy a permitirme citar unos cuantos párrafos del libro "The Demon-Haunted World" de Carl Sagan:

... ¿Nos gusta ser criticados? No, ningún científico disfruta con la crítica. Todos los científicos sienten un sentimiento de propiedad sobre sus ideas o descubrimientos. A pesar de eso no responden a los críticos diciendo: "espera un minuto, esta es realmente una buena idea; estoy muy orgulloso de ella, no te molesta así que por favor, déjala". En lugar de ésto, la regla dura pero justa es que si las ideas no funcionan deben descartarse. No gastes neuronas en lo que no funciona, dedica esas neuronas a nuevas ideas que expliquen mejor los datos. El físico británico, Michael Faraday, ya advirtió sobre la posible tentación de:

buscar las evidencias y apariciones a favor de nuestros deseos y de rechazar aquellas contrarias a los mismos  . . .  Recibimos como amistosas aquellas que están de acuerdo con las nuestras y resistimos con disgusto a las que se oponen a las nuestras cuando justo lo opuesto es lo que se requiere por el dictado del sentido común.
El criticismo válido te hace un favor. Algunos consideran arrogante a la ciencia, especialmente cuando lo que propone contradice creencias ancestrales o cuando introduce conceptos extraños que parecen contradictorios al sentido común como si fuera un terremoto que agita nuestra fé en el mismo suelo en el que nos encontramos y desafía nuestras creencias cambiando las creencias con las que hemos crecido. Esto puede ser inquietante y, sin embargo, mantengo que una parte integrante d ela ciencia es la humildad. Los científicos no buscan imponer sus necesidades y deseos sobre la naturaleza sino interrogar a la naturaleza y tomar en serio lo que encuentran. Somos conscientes que científicos reconocidos han cometido errores. Entendemos la imperfección humana. Insistimos en la verificación independiente y, en la medida de lo posible, cuantitativa de los principios propuestos de creencia. Estamos continuamente insistiendo, desafiando, buscando contradicciones o pequeños errores persistentes y residuales, proponiendo explicaciones alternativas y favoreciendo la herejía. Damos nuestro más alto reconocimiento a aquellos que, de forma convincente, demuestran que las creencias establecidas eran equivocadas.
Sagan, a través de estos párrafos, expresa realmente cuál es el dogmatismo de la ciencia. En el caso del experimento OPERA, para muchos, el terremoto que sacude sus creencias podría ser que algo superase la velocidad de la luz porque este hecho cambiaría el conocimiento establecido. 

No sería la primera vez que la Teoría de la Relatividad es desafiada, ya en 1974 Joseph Taylor y Russell Hulse, a través del estudio de los púlsares binarios cambiaron la concepción einsteniana de la gravitación y su herejía se vió recompensada con el Premio Nobel de Física en 1993. De la misma forma, si, a partir de los resultados del experimento OPERA hubiera que cambiar las teorías establecidas, no me cabe ninguna duda que los responsables del mismo serían recompensados con el reconocimiento de la comunidad científica.

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